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Este blog es de carácter lúdico, solo pretende servir de entretenimiento, de expansión, de asueto. Está creado para compartir opiniones, sugerencias, juegos y elucubraciones con aquellas personas cuya afición a las series televisivas conforma en sus vidas un mundo aparte de evasión y fantasía sin necesidad de acudir a cierto tipo de drogas que podrían ser perjudiciales para la salud. Pero, ¡ojo!, ¿quién ha dicho que esta adicción no lo sea...?

El Doctor y Amelia en un bucle

El Doctor y Amelia en un bucle
Geronimoooooooo!!!!!!!!!!!!!!!



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lunes, 21 de enero de 2013

Va de conjeturas mentales



 
¡¿Nuevos capítulos?!


En estos días, primeros del 2013, suelo sentarme como el año pasado a hacer mis cosas mientras la tele, encendida, va emitiendo los correspondientes episodios de algunas de las series que todavía me atrevo a seguir sin crearme la necesidad de bajarme los capítulos de Internet.



Así, entre miradita a la caja tonta y miradita a mis labores, compruebo, más por lo que oigo que por lo que veo, que los capítulos emitidos son los mismísimos del año pasado, o sea, del 2012 y hasta en la mayoría de los casos del mismísimo diciembre pasado. Esto irremediablemente me lleva a hacerme la siguiente pregunta: ¿acaso los directivos de televisión habían creído de verdad que durante las Navidades de 2012 se produciría el tan cacareado fin del mundo y pensando que el 2013 nunca llegaría a existir no tenían preparados nuevos programas, pelis o series para proveer a los adictos con dosis renovadas?



No sé, también pienso si tal cosa no puede haber estado provocada por la crisis, es decir, que se deba a un recorte presupuestario en toda regla. Quizás esta conjetura se acerque más a la realidad. El caso es que, sentada ante mi televisor, me siento como una viajera del tiempo atrapada en un bucle del que me resulta imposible salir y esto, en cierto modo, me sirve un poco de consuelo al pensar, ingenuamente, que voy a permanecer como el año pasado y que la ropa de mi armario, por ende, no me va a pasar de moda. Ilusa de mí, pues, aprovechando los 6 minutos de publicidad que me ofrecen algunas cadenas, suelo levantarme a hacer pipí y es en ese preciso momento en que me acerco al lavabo y echo una miradita al espejo del cuarto de baño, cuando me apercibo de que, para mí, sí ha pasado un año y algunos días casi diría que han pasado más.



Lo bueno de todo esto es mi falta de memoria, lo cual, lejos de resultarme un síntoma más de mi envejecimiento, muy por el contrario, contribuye a levantarme la autoestima. Ustedes se preguntarán el porqué de semejante chorrada, parece un contrasentido; pues no, yo les explico. Resulta que normalmente no recuerdo la trama de los diferentes capítulos o pelis repes y yo los afronto como de nuevas, hasta que surge alguna frase o algún rostro que me hace darme cuenta de ello, de que es repe, pero como al mismo tiempo soy consciente de que no recuerdo nada acerca del desenlace, pues, me trago otra vez el capitulazo íntegro y durante mi visionado llega un momento en el que de repente me viene como una inspiración certera, como si hubiera desarrollado un sexto sentido que me indica con total claridad quién es el asesino. No se pueden imaginar cómo me siento de bien cuando llega el final y se descubre que, en efecto, el asesino era quien yo pensaba.



Claro que... esta nueva faceta mía de adivinar quién es el asesino se me ha despertado a raíz de esa repetición de la que les hablaba, y es que, si les soy sincera, hay episodios que no es que los hubiera visto ya el año pasado sino que creo que llegué a verlos una vez por cada mes del año pasado y quizás también del anterior, y algunos creo que hasta dos repes por mes.
Y no saben la alegría que siento cuando se me presenta un capítulo que en mi memoria consta como de haberlo visto hace más de un año..., es genial, una fiesta para mí, me trae unos recuerdos..., es como cuando alguna vez se me ocurre ponerme a ver Bonanza; me rejuvenece, me transporta a mi infancia, me hace sentir como más ligera, más joven, incluso yo diría que más alegre, vamos, que saca a la superficie mi niña interior. Viendo que el tiempo no ha pasado para los Cartwright, que eran unos buenos mozos cuando yo era infante, me siento como si tampoco hubiera pasado para mí.


Hoy, sin ir más lejos, he sentido una alegría tremenda cuando he creído estar viendo un nuevo capítulo de Mentes criminales..., hasta que he caído del burro y me he dado cuenta de que, como de costumbre, ya lo había visto con anterioridad, lo que pasa es que hacía más tiempo que los que suelo ver últimamente y esto, convendrán conmigo, tiene un gran mérito.



Lo mejor es cuando me adormilo, empiezo a dar cabezadas hasta que pierdo el hilo y cuando lo retomo resulta que ya estamos en el capítulo siguiente, de manera que esto me produce una gran confusión porque cuando entro en tensión y me sube la adrenalina pensando que inminentemente van a rescatar a una víctima a la que ya han conseguido ubicar, me apercibo con desilusión de que esa víctima ya debió de ser rescatada en su momento porque ahora es otra la que está en peligro, maniatada y amordazada en un oscuro sótano mientras el repelente de Spencer explica los razonamientos de sus conjeturas al resto del equipo y comienzan a sacar sus conclusiones sobre el sudes, resultando que aciertan más que Sandro Rey en sus predicciones, lo cual tampoco es tan meritorio.



Hablando de Sandro Rey..., recientemente he descubierto que a veces incluso he llegado a hacer zapping durmiendo porque ya no es solo que la víctima sea otra, no, es que ahora soy capaz de dormirme con las conjeturas de Mentes Criminales y despertarme con las predicciones exactas de mentes retorcidas.

Me temo que mi paso siguiente va a ser volver a Bones... Supongo que ya ha pasado el tiempo suficiente como para haber borrado de mi memoria los correspondientes capítulos de sus ocho temporadas completas. Aunque, no sé..., digo que no sé si emiten todos los capítulos de todas las temporadas o solamente el de la calavera que cae sobre la luna delantera del coche de unos jóvenes que se han pasado un pelín con la droga y el del padre de Huesos cuando está en la cárcel y no puede tener árbol de Navidad.



Creo que ya entiendo porqué termino siempre mi recorrido zappinístico viendo a Sandro Rey o a Silvia Raposo, es que me parece que ellos aún no se repiten (¡qué poder de invención!), aunque yo pienso que es cuestión de días nada más; en cuanto ellos se den cuenta de que, con toda libertad, pueden grabar sus capítulos y distribuirlos por temporadas, la cosa empezará a funcionar como cualquier serie; lo de las llamadas telefónicas como al fin y al cabo solo son un cebo para estafar y ya sabemos que se puede uno quedar colgado del teléfono in eternum y lo mismo da que la conversación que sale en antena sea real o de atrezzo. Además..., qué inútiles, ¿cómo no han explotado todavía la trama básica en la que un Sandro Rey, por ejemplo, le tirase los tejos a Silvia Raposo ("¡ay qué bonica!") durante una temporada de 20 capítulos y hubiera que esperar a la temporada siguiente para enterarnos de que aquel romance que parecía inminente se ha ido al traste porque Montse Anglada da unos besitos muy lindos?



Bendiciones...

V. E.

1 comentario:

  1. Que polvo le hachaba a Silvia Raposo se me ba fumdir la polla
    Som Muchas pajas continuas
    El cuerpazo que tiene me la follaba
    Por todos los lados Es mui guapa?
    Se me a puesto muy dura me Encamtaria que me la chupase
    Correrme en su boca que placer me daria?

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