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Este blog es de carácter lúdico, solo pretende servir de entretenimiento, de expansión, de asueto. Está creado para compartir opiniones, sugerencias, juegos y elucubraciones con aquellas personas cuya afición a las series televisivas conforma en sus vidas un mundo aparte de evasión y fantasía sin necesidad de acudir a cierto tipo de drogas que podrían ser perjudiciales para la salud. Pero, ¡ojo!, ¿quién ha dicho que esta adicción no lo sea...?

El Doctor y Amelia en un bucle

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jueves, 21 de febrero de 2013

Alex Drake





Casi podría decirse que de quien voy a hablaros hoy es de mi personaje preferido de serie de estos últimos tiempos, entre algunos pocos más. Alex Drake, la chica de la chupa de cuero blanca y la camisa roja, me sedujo.




No conseguí engancharme a Life on Mars, sin embargo Ashes to ashes me entró rápidamente por el ojo y allí se quedó Alex Drake durante un buen tiempo formando parte de mi ojito derecho. Y creo que fue el personaje de Alex, y su dinámica dentro del grupo, por supuesto, lo que me cautivó de la serie, aparte de los recuerdos ochenteros especialmente de la banda sonora.

Claro, ya sé que haberme puesto a ver Ashes sin previamente tragarme las dos temporadas enteras que narran las aventuras y vicisitudes de Sam Tyler es un despropósito, porque si Sam Tyler no hubiera existido y no le hubiera pasado lo que le pasó, no habría habido spin off con Alex Drake. Es algo que tengo pendiente y que haré un día de estos cuando ya no pueda más y me salgan por las orejas los capítulos repetidos hasta la saciedad de Bones, NCIS, Ley y Orden, Mentes criminales, Walker o Castle. -Creía que iban a empezar a emitir Homeland... ¿qué ha sido de ella?, y me refiero a cadenas españolas y que no sean de pago, para lo demás ya está Internet, pero es que yo soy muy comodona...-

Sin embargo no todo está en Internet... Aún me queda por visionar la tercera y última temporada de Ashes to ashes que, como no había dios que la encontrara por estos lares ni en la tele se dignaron a emitirla después de que nos inundaran hasta casi conseguir ahogarnos con la segunda temporada en no recuerdo qué cadena (¿Nitro quizás?), lo cual resultaba hasta divertido porque como solo consta de 8 capítulos, una se sentaba ante la tele de madrugada y volvía a ver exactamente lo mismo que había visto la semana anterior, y eso hacía que diera la sensación de estar metida en un bucle temporal y hallarte más fuera de la realidad que dentro, de manera que tú te planteabas si no sería que te estaba pasando algo parecido a lo de la protagonista, que, en realidad, no sabías tampoco lo que era; alguien muy querido decidió regalármela. Y es que la adicción es la adicción...




Ahora ya no tengo excusa porque me regalaron, directamente enviada desde Reino Unido, la colección completa de Ashes to Ashes. Bueno, quizás excusa no tenga, pero inconveniente sí, el problema es mi inglés, porque claro, lo que viene de Inglaterra no trae subtítulos en español, evidentemente, y una no es muy buena para los idiomas, que digamos.

Alex Drake consiguió atraer mi atención desde el primer momento. Quizás el primer punto de apoyo sobre el que se sustenta esta atracción fuera mi identificación como madre. Una policía es una policía, en fin, un empleo, un trabajo de funcionaria, la tarea diaria con la que cumplir, solo que para los policías suele ser algo más arriesgada que la media, pero bueno, ellos y ellas ya están preparados para eso, saben a lo que se enfrentan y se supone que, en cierto modo, les atrae el riesgo; por lo demás suelen ser gente muy normal, con sus vidas, su familia, sus problemas de cada día.




Fue impactante ver esa escena que nos pone en antecedentes sobre el personaje de la Drake, en la que vemos en peligro no solo a ella, que es policía y para eso le pagan, sino también a la niña, su hija, que por cosas del azar se ve envuelta en un escenario policiaco donde todo se complica de manera trágica.

A partir de ahí todo comienza, o termina, según por donde se mire... En realidad comienza la serie, comienza una andadura de ficción y aventuras (¿fantásticas, reales, imaginarias...?) en el departamento de Policía Metropolitana de Londres en 1981, pero termina con una vida, la de Alex y su familia en una acción policial en el Londres del año 2008.




Pero el personaje de Alex Drake es mucho más que una madre, mucho más que una policía, es una mujer tierna, sensible, lista, valiente, osada, dispuesta, emprendedora, determinada, imaginativa, pícara, convincente, persuasiva, amena, nostálgica, vulnerable, admirada, vilipendiada, incomprendida, infravalorada, graciosa, atractiva, gentil y miles de adjetivos más. Alex Drake no es un bellezón ni tampoco una superwoman. Su aspecto es más bien frágil, sin embargo, y a pesar de los desencuentros, las diferencias y las rivalidades, consigue llevarse de calle al más duro del departamento, el temible, grosero, altanero y machista jefe Hunt (pintoresco y magnífico personaje donde los haya), con el que siempre hay una tensión latente entre la atracción y el rechazo que, sin duda, se convierte en uno de los grandes alicientes de la serie, que, para mi gusto, tiene otros muchos, como podría ser el choque de mentalidad o metodología existente entre esos casi treinta años que median entre 1981 y 2008.




Alex Drake aparece en escena un día cualquiera del año 1981 en la cubierta de un barco de lujo donde se celebra una fiesta para la que han sido contratadas unas cuantas prostitutas, y ella, con un llamativo y escotado vestido rojo bajo un mullido abrigo de fausse fourrure blanco como la nieve y unos taconazos de aguja a tono con el vestido, es detenida por el equipo de Gene Hunt, que realiza una redada en dicho barco. Cuando las escenas de violencia se calman y los ánimos se apaciguan, Alex reconoce a los policías como los que trabajaban en su día, en Manchester, con el desaparecido Sam Tyler, sobre quien ella está llevando a cabo una investigación, haciendo un seguimiento exhaustivo de todos sus movimientos hasta su oscura desaparición en circunstancias enigmáticas, así que saluda a cada uno por su nombre, como si los conociera de toda la vida, por lo que aparenta ser una policía infiltrada en ese ambiente corrupto que, caracterizada de prostituta de lujo, realiza su trabajo de investigación policial, de manera que, como por arte de magia, pasa a formar parte del Departamento de Policía Metropolitana de Londres. 


 

Y es que Keeley Hawes, la actriz que la encarna, consigue hacer magia con este personaje. Sus expresivos ojos hacen hablar por sí solos a la inspectora Drake. Le confieren una personalidad soñadora a la vez que sexy. Alex Drake parece una mujer frágil y débil, sin embargo es la fuerza personificada, es quien lleva el peso pesado de todo el departamento, quien es capaz de contemporizar y poner paz en la oficina cuando los ánimos se alteran, quien entiende todos los entresijos que componen la trama de todo lo que acontece en su distrito, del fondo que se escurre debajo de cada uno de los casos que su equipo debe resolver, con el handicap, por otra parte, de ser ella precisamente el personaje más vulnerable debido al conjunto de circunstancias que la acompañan en su andadura, circunstancias que los amantes de la serie conocemos de sobra y que no voy a revelar aquí por no desvelar datos que podrían resultar en spoilers para quienes no la hayan visto y se sientan tentados de engancharse a esta magnífica serie que sin duda recomiendo y que no requiere mucho esfuerzo, aparte de saber inglés (al menos para la última season), para poder visionarla puesto que solo consta de tres temporadas de 8 capitulitos cada una.



Pero, insisto, yo la recomiendo sin dudar a los amantes de lo british, así como a los amantes de la ciencia ficción, de la fantasía, de los cuentos de hadas, de las series policiacas, de Bowie, de los 80's o de la música del siglo XX. ¿Qué más se puede pedir?

V. E.


Observaciones y ruegos adicionales:

Alex Drake se ve obligada, por requerimientos del guión, a vestir a la moda británica de los años 80, lo cual resulta en atuendos desde divertidos hasta horteras a tope. La reconocemos más a menudo por su cazadora de cuero blanco y sus botas de media caña, blancas también, que siempre suelen acompañar a un top o camisa roja, aunque a veces lleva los típicos salones de tacón, en rojo o en negro o blusas anchas con un hombro caído en verde, fucsia o azulón, y bisutería de pasta típica de la época. Su peinado ha variado de una temporada a otra y su look global también ha sufrido unas pequeñas diferencias. Pero me volví loca cuando le vi un abrigo que luce en la segunda temporada, un abrigo genialísimo que, si no recuerdo mal, era amplio, oversize, de mangas murciélago, con un estampado gráfico que me encantó, de estilo mironiano, predominando el negro y el blanco, aunque me parece que llevaba algún toque de otro color. He buscado como loca fotografías de Alex con ese abrigo porque me gustaría hacerme uno igual pero no he sido capaz de encontrarlas. Desde aquí hago un llamamiento por si alguien sabe de qué abrigo estoy hablando y es capaz de conseguirme una foto del mismo, se lo agradecería eternamente; aunque, no sé si por aquellas tierras existe eso del Armario de la Tele, ¿sería posible conseguir ese abrigo?

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