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Este blog es de carácter lúdico, solo pretende servir de entretenimiento, de expansión, de asueto. Está creado para compartir opiniones, sugerencias, juegos y elucubraciones con aquellas personas cuya afición a las series televisivas conforma en sus vidas un mundo aparte de evasión y fantasía sin necesidad de acudir a cierto tipo de drogas que podrían ser perjudiciales para la salud. Pero, ¡ojo!, ¿quién ha dicho que esta adicción no lo sea...?

El Doctor y Amelia en un bucle

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Geronimoooooooo!!!!!!!!!!!!!!!



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martes, 12 de febrero de 2013

Angelitos negros



Angelitos negros

-Trivette y Robinette-



Lo confieso, hay tardes que me las paso pegada a Nitro. No sé si será el caso de alguien que me lea, pero si a alguien se le ha ocurrido pasar la tarde de algún día cualquiera entre el lunes y el viernes con la tele encendida en el canal correspondiente a la cadena Nitro habrá podido observar que dos de nuestros acompañantes habituales de ficción curiosamente comparten apellidos de origen francés de fonética semejante, ambos con la terminación ette, cuyo sonido resulta en et, ellos son Robinette y Trivette, o sea, dicho en español, Robinet y Trivet.

Pero estos dos prototipos de ayudantes del prota comparten mucho más que un apellido parecido. Ambos ponen una nota de color en dos de las series estrella de las tardes de Nitro, Ley y Orden, la original, y Walker Texas Ranger, que ¿casualmente? se emiten consecutivamente.

Ambos son segundones, fieles, leales, obedientes, respetuosos con sus superiores, imprescindibles, se toman su trabajo en serio y proporcionan a sus jefes una compañía que no tiene precio. Pero es que, para colmo de perfecciones, son altos, guapos, jóvenes, atractivos, cuerpazos, vamos, que da gusto verlos. Pero no queda ahí la cosa, no, es que además ofrecen un contrapunto que considero importante estéticamente hablando, que es el del color. Ellos tienen la piel del color del ébano y ambos contrastan a la perfección con sus correspondientes jefes, sonrosados ellos, pelirrojillos, uno más que el otro, y vehementes, ambos, en la consecución de sus respectivas tareas, la de ranger de Texas, uno, Cordell Walker, y la de ayudante del fiscal del distrito otro, Benjamin Stone. Pero habrá ocasión, espero, de hablar de cada uno de estos personajes bien diferenciados, aparte de esas pequeñas semejanzas, empezando por los actores que los encarnan, para mi gusto, un magnífico actor y no peor músico de jazz, Michael Moriarty, y otro pésimo y campeón de Kárate, Chuck Norris.

Pero volvamos a nuestros personajes de hoy, los negrazos Trivette y Robinette, o James y Paul. No sé, por lo que a mí respecta en cuanto al sonido de esos apellidos, me transmiten un cierto sentido..., ¿cómo diría?, entre cómico y despectivo. Sin embargo me gustaría analizar los temperamentos y la imagen de estos dos personajes.

Trivette (Clarence Gilyard) con un cierto aire a Denzel Washington, unos negros ojos profundos y brillantes y una perfecta dentadura blanca (¿por qué los negros tendrán los dientes tan blancos?) es un cachondo -en la segunda acepción de la palabra-, un tío bromista e ingenuo, propenso, más que a hacer reír con sus gracias, a que sus compañeros se rían con él, de él y a su costa. Creo que le pega su apellido aunque no sé si tiene algún significado en concreto. Trivette es un buenazo, en definitiva, amigo de sus amigos, cumplidor de su cometido como ranger de Texas, y baluarte viviente de los valores propios de estos patriotas americanos que, a mi modo de ver, son como una especie de boy scouts, a saber, personas con el cerebro lavado y que el detergente les llegó también al corazón, o sea, luchadores natos, transmisores de valores, valientes y arriesgados, defensores a ultranza de la ley y protectores de los débiles o de las víctimas. Son hombres que no dudan en ejercer la violencia cuando es necesario pero que conservan un corazón limpio y puro. En definitiva, auténticos personajes de ficción.

Por el contrario, Robinette (Richard Brooks), con unos perfectos rasgos africanos, a pesar de su llamativo aspecto debido al peculiar corte de pelo a lo Grace Jones, que más le haría parecer una estrella del rock que un ayudante del fiscal, es un hombre bastante serio, rígido, profesional, comedido, que sabe guardar la compostura, mano derecha imprescindible de Benjamin Stone (primer ayudante del fiscal), defensor de la ley y el orden y ferviente luchador en la batalla por hacer que se ejerza la justicia. Este personaje, si bien pertenece también a la ficción, creo que se basa en una imagen más realista en cuanto al papel que desempeña. No es el protagonista, por tanto no destaca, pero como ayudante ofrece un apoyo de gran valor en la fiscalía; sin embargo, en multitud de ocasiones se ve envuelto en alguna trama donde la problemática del racismo lo tacha de traidor pues, no podemos obviar que en el ambiente donde transcurren los episodios de Ley y Orden, casi siempre los negros pertenecen a una escala social más baja que los blancos y en los barrios negros o donde abundan los inmigrantes, suele darse más delincuencia que en los pertenecientes a blancos, de manera que esa escala social a menudo entra en conflicto con los representantes de la justicia, quedando en el lugar de los perdedores, lo cual hace que la imagen que da este hombre resulte bastante ambigua.

Trivette camina con aire fanfarrón pero desenfadado a la vez, aunque sin llegar a la campechanía; más bien intenta una pose, intenta aparentar un perfil de hombre duro mientras que lo que en realidad hace es mostrar su ingenua predisposición. Robinette, por el contrario, siempre comedido, siempre sobrio y con una elegancia natural, se muestra con seguridad, desprovisto de alardes innecesarios. Lo llamativo de su corte de pelo cepillo contrasta con la sobriedad y la naturalidad con que desempeña su cargo.

Dos profesionales de serie, dos hombres guapos de piel oscura, dos personajes televisivos para los adictos o más bien adictas... No sé por qué me han hecho recordar aquella mítica canción de Machín y los he imaginado revoloteando por mi estancia como un par de putti regordetes escapados de un cuadro renacentista.




V. E.


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