" Susrprise, motherfucker "
Este comentario lo
escribí después de mi fantasía sobre ese imaginario final de
Dexter, que publico a continuación, y después de conocer, por fin,
justo al día siguiente de su estreno en Estados Unidos (16 diciembre 2012), el final de la séptima temporada, tan o más sangrienta que nunca y
yo diría que más trágica si cabe que cualquier otro capitulo de
cualquier temporada de Dexter:
Cartel Dexter temporada 7 por Ty Mattson
Sí, ya por fin conocemos el
final de la (al parecer) penúltima temporada de Dexter. Acabo de
verlo y casi ni reacciono, me ha dejado con la respiración
entrecortada, totalmente sobrecogida. Ha sido algo completamente
inesperado, sorprendente y que realmente tiene el poder de cambiar
muy profundamente a los protagonistas y sus relaciones. De hecho,
esta séptima temporada, ya desde su comienzo, marcó importantes
pautas en las vidas y en las personas de sus protagonistas. Algo dejó
de ser como era y lo trastocó todo. Fue como una iniciación o como
si alguien hubiera perdido su virginidad. El código de Harry dejó
de tener vigencia y se hizo necesario pasar por encima de sus normas.
Las implicaciones de Dexter ampliaron horizontes, saltaron fronteras
y llegaron a afectar a algunos de los personajes que, de algún modo,
parecían inmunes a los crímenes de Dexter. Dicho coloquialmente, la
cosa se salió de madre; sus asesinatos se le han ido de las manos, y
las consecuencias, mucho más.
El capítulo 12 de la
temporada 7 de Dexter, Susrprise, motherfucker, realmente
impacta y de alguna manera nos cambia también a los espectadores,
provoca una reacción en nosotros que nos hace plantearnos muchas
cosas, que nos hace cuestionarnos a nosotros mismos, que nos
interroga sobre quiénes somos realmente y nos hace detenernos a
pensar si de veras nos conocemos.
El final
de la temporada está representado, dado el paralelismo de su
coincidencia temporal, por ese gran final que es el del año que
acaba, con esa gran fiesta que solemos celebrar en Nochevieja, que
significa a la vez un final y un comienzo, que nos prepara para la
llegada de otro año que no sabemos cómo será, de un “año
nuevo”, sobre el que podemos tener expectativas, deseos,
ambiciones, pero que no podemos saber realmente qué nos traerá.
Y eso es
lo que premoniza este trágico final de la temporada 7, que termina,
como cualquier gran evento, con un estrepitoso y colorido castillo de
fuegos artificiales. Ante todo, la fiesta, el colorido, la
luminosidad, las apariencias, la ocultación del dolor, de la
miseria, de la maldad; el triunfo del brillo, que deslumbra
impidiendo ver la cruel realidad.
Pero una
se pregunta, ¿es posible que haya sucedido lo que ha sucedido?, ¿y
qué vendrá después?. ¿O este final es tan final que es capaz de
acabar con todo, con toda posibilidad de futuro?. Este final de
temporada (sabemos que hay preparada una siguiente, la octava) llega
a hacernos pensar que no hay futuro...
Y esta
reflexión me lleva a ese otro paralelismo, el del fin del mundo, sí,
ese que, según el calendario maya, tendrá lugar en pocos días, y
es que, viendo las últimas imágenes del último capítulo de la,
por el momento, última temporada de Dexter, no puedo evitar hacerme
el planteamiento de que, en estas Navidades, papá Noel nos traerá
el “fin del mundo”, que este fin de año será el final
definitivo, porque, de no ser así, ¿qué va a ser de Dexter, Debra
y Harrison? Parece que un “fin del mundo” es la única
posibilidad de salvación.
Pero
bueno, yo prefiero tomarlo con humor y, con siguiente próxima
temporada o no, con final de la séptima o no, yo he dejado volar mi
imaginación antes de conocer el desenlace y he creado el que
seguramente a mí me gustaría. Cualquier parecido con el desenlace
real será pura coincidencia; así que no temáis, que los spoilers
no harán daño a nadie.
V. E.
V. E.
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